La veracidad de un alto ideal no se nota en las horas clave, sino en las pequeñas tareas de cada día. Los altos ideales comienzan allí, en nuestras obligaciones primarias. Y siempre debemos tener en cuenta el efecto que tienen nuestras palabras pueden producir en quienes nos escuchan. Debemos cumplir a conciencia nuestras obligaciones para poder aspirar a esos altos ideales.
Ignacio B.
Ignacio B.
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